...

martes

Geometrías De Fuego



Decidí hacer algo distinto para sobrevivir este día de mierda que empezó bruscamente para mí a las diez y diez de la madrugada con martillo y taladro.

Hey, buen día...

-Que más.

¿No quedó yogur?...

-No.

¿El agua no vuelve?

-Volvió un ratito en la madrugada, apenas alcancé a bañarme y a llenar ese valde.

Chugcha...ya son dos días... que verga ese ruido... voy al chino, ¿les traigo algo?


Casi cuarenta grados, humedad pegajosa y el edificio sin agua desde hace dos días.
Mientras camino por la cocina siento el inconfundible presagio de una de mis dolorosas jaquecas. Mientras devoro una inmensa manzana roja veo a dos tipos destruyendo una pared en el edificio contiguo.

Debería salir...

Hay días que empiezan mal y simplemente no se puede sostener el buen ánimo.

A menos que...

Como una visión vino a mi mente el lugar donde quedó el 25 que había perdido y que no quise buscar sabiendo que tarde o temprano llegaría a mí el recuerdo de dónde lo guardé.
Aunque sea prensado paraguayo planeo disfrutar el porro que estoy armando ahora, sentado en el viejo sillón, deseando quedarme zordo hasta que apaguen el ruido.
Me imagino que estoy en mi antigua habitación en kito, fumandome unos hits del buen mango bich mientras lleno el jarro de yogur de ciruela para pasar ese mal sabor que deja esta mierda café y apestosa que se consigue aquí en BsAs.
La colgadera con paraguaya es asquerosa, me vuelve un semiautista. Sin embargo creo que estoy empezando a encontrarle la gracia al prensadito. Si se tiene las ganas y la imaginación suficiente también es posible disfrutar de pequeños vuelos que se parecen bastante a los mágicos efectos de una buena tronera.

Y... ¡Procedo a encender ese buen joint! Me tomó un buen rato pero quedó perfecto.

Cambiando de tema, el que no hace los goles los ve hacer -decía Fabian Gallardo que decían los sabios- y resulta que no he estado fumando desde hace ya un buen rato. La cosa es que recién compré una piedrita de ese prensado sucio y como ya no fumo tanto... me olvidé lo que quería decir en este párrafo.

Bueno, suele pasar...

Ahora como ya me he fumado la mitad de ese porro es difícil no colgarme pensando en nada


Me faltó mencionar la música... para salvarme (¿de qué?... no sé) me pongo los audífonos grandotes y dejo que el buen thelonious transforme para mí todo y todo. Yo no soy de los que se ponen a leer cuando fuman, pero me acuerdo ahorita del libro de Cortazar que estoy leyendo (La vuelta al día en ochenta mundos), hay capítulos que no puedo entender porque necesito haber leido antes otros libros o haber vivido en París en una época específica...
Vino el Juan, se sentó a mi lado y le brindé un chance del porro...

Ya me cansé de escribir.

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