Todas estas idioteces que hago las hago sólo por que
quiero ocultarme de ella y su mirada invisible. Quiero volverme
irreconocible, quiero olvidarme de lo que quise ser, quiero borrar al
que fui siendo (si es que acaso es posible). O por lo menos eso quería
ayer.
Hoy me siento distinto, quizás es el nacimiento
de otro ciclo, quizás es una falsa premonición. La verdad es que no creo
que nada cambie nunca en este imperio corrupto, el sistema podrido en
el que estoy inmerso y del cual soy un mero reflejo; el sistema que nos
tiene podridos a todos y que se pudre cada vez más.
Pero a mí eso
no me amarga, al contrario, soy todo destellos, risas y verdor porque
sé que en un abrir y cerrar de ojos estoy en una casa (lejos de mi casa)
amaneciendo como cualquier día (lejos de tus días) y eso es todo. Eso
es todo.
Lleno nuevamente mi pipa y fumo tranquilo,
esperando sin expectativas cualquier señal, para contradecirla,
obviamente, y acercarme más al fondo.